En ocasiones los radiadores se rompen, debido al uso, al
calor, a los baches y a las vibraciones del coche.
Si no se arregla, el agua o el refrigerante se pierde, el
coche se calentará demasiado y el motor se estropeará.
¿Cómo saberlo?
Si observamos en el cuadro, que la temperatura ha subido
demasiado, más de lo normal, que sale humo por el capo, que huele como a
quemado y a vapor dentro del coche.